Hace 14 años en la ciudad de Cartagena, Colombia, Dios fijó su mirada en un joven de tan solo 16 años, sencillo y apasionado, depositando en su corazón una visión en un dibujo que apenas se entendía; una visión que, aunque no tenía fecha de cumplimiento, él la tomó y creyó en ella, y fue en ese momento cuando el Espíritu Santo empezó a revelarle los propósitos que había en el corazón del Padre para él.

Durante ese proceso Dios le pidió renunciar a sus estudios de medicina y a su anhelo de ser un médico; fue así como a sus 17 años empezó a pastorear jóvenes en la iglesia donde conoció a Jesús, y desde ese momento el llamado, los dones y el ministerio, empezaron hacerse notorios. Una madrugada en su habitación, Dios le muestra una visión que prende su corazón en fuego por un avivamiento para esta ciudad, luego iniciaron los 5 viajes dentro y fuera del país y las primeras cruzadas de milagros, que mostraron los pequeños comienzos de lo que sería su ministerio y fue entonces, cuando hace unos cinco años, el 19 de febrero del año 2012, se inicia el cumplimiento de la visión y nace lo que es hoy la IGLESIA CRISTIANA TABERNÁCULO DE AVIVAMIENTO PARA LAS NACIONES, con la específica misión divina de ser “Una clínica para sanar corazones, un cuartel para entrenar soldados y un lugar donde la presencia del Espíritu Santo habita”

En quince días y sin dinero, se adecuó una pequeña casa tomada en arriendo, y al primer servicio asistieron solo seis personas, quienes decidieron correr en pos de la visión y aún permanecen en esta congregación. A los cuatro meses, muchas personas colmaban los servicios, y fue necesario realizar la primera ampliación. Con esfuerzos, lágrimas y dificultades, pero con la alegría y certeza de contar con la fortaleza y la dirección del Espíritu Santo, fue posible continuar la carrera, para ver en este lugar cientos de milagros ocurridos, de familias restauradas y miles de personas sumergidas en la presencia del Espíritu Santo.

Desde entonces Dios no ha detenido el crecimiento de esta Iglesia, el ensanchamiento y los retos han sido permanentes; pero cada paso que se ha dado ha sido creyéndole a Él y a sus promesas; hemos entendido y podemos dar amplio testimonio que la obra de Dios se construye por hombres y mujeres que depositan solo en El su fe y su confianza, pues los recursos han surgido de la provisión que El ha dado a un pueblo levantado en pos de un avivamiento. Cada día que ha pasado, ha sido sumamente evidente su mano obrando milagros para el crecimiento y desarrollo de su obra. Hoy podemos afirmar con toda certeza que son los pequeños comienzos los que traen a la luz grandes proezas.

Han pasado ya cinco años en que con tenacidad, esfuerzo, dedicación y sacrificio, como el cedro hemos afianzado las raíces en la roca y sumergidos en el río de aguas profundas, y vemos que Dios sigue cumpliendo sus promesas, lo que nos demuestran una vez mas que grande es su fidelidad. Ahora con una mezcla de felicidad, regocijo y nostalgia miramos esos inicios y testificamos con orgullo cuanto ha crecido su obra. No hay sombra de duda que todo lo que hasta hoy hemos logrado, ha sido obra exclusiva de nuestro mejor amigo el Espíritu Santo, sin El nada hubiese sido posible. Bajo su guía hemos construido una historia por la cual ahora vemos su gloria.